El horóscopo: ese colega pringado que te da los consejos que quieres oír.

Alineándome con Marte y otras mierdas Los horóscopos son aquella persona de tu grupo de amigos al que no haces mucho caso porque no...

19 enero 2022 ·
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Alineándome con Marte y otras mierdas

Los horóscopos son aquella persona de tu grupo de amigos al que no haces mucho caso porque no tiene mucha idea de la vida, horóscopo pero al que escoges como ejemplo a seguir cuando las cosas se ponen feas y necesitas la respuesta que estabas esperando. Es como ese gran conocido al que hacemos caso sólo cuando nos da los consejos que queremos oír.

Hace tiempo que llevo dándole vueltas al tema de los signos del zodiaco y en si verdaderamente tienen algo de razón dentro de la obviedad de que no son nada científico. Es curioso, pero según voy cumpliendo años, voy adquiriendo nuevas creencias en vez de deshacerme de ellas.

Justamente, el otro día me topé con un documental que hablaba sobre la astrología y cómo ésta se relacionaba supuestamente con nuestra forma de ser. El ser humano tiene una necesidad de saber qué va a pasar en un futuro porque no soporta la incertidumbre. Podemos encontrar en todas partes del mundo desde videntes en la tele, hasta páginas de internet u horóscopos al día en las revistas y periódicos. Me enteré de que hay hasta gente en china que programa los partos en función de las predicciones de suerte que hay para el siguiente año. Horóscopo

Durante los meses posteriores, no paraba de pensar en ella cada vez que me enfrentaba a algo nuevo en la vida.

Estaba total y absolutamente sugestionada a la hora de hacer elecciones, ya fuese siguiendo sus consejos o haciendo completamente lo opuesto a lo que me había dicho.

Yo una vez, sin ir más lejos, me dejé arrastrar a la consulta de una pitonisa. Sí, son los treinta euros peor invertidos de mi vida y desde el minuto cero dije que no estaba por la labor de ir. Mi amiga, por aquel entonces desesperada con la vida (como yo), no paraba de insistir en que fuésemos, en que a una de sus amigas le había acertado todo, bla, bla… así que acabamos yendo. Ni qué decir tiene que no acertó ni una (de momento), pero hay algo curioso de toda esta historia. Durante los meses posteriores, en los que me acordaba de su predicción, no paraba de pensar en ella cada vez que me enfrentaba a algo nuevo en la vida. Estaba total y absolutamente sugestionada a la hora de hacer elecciones, ya fuese siguiendo sus consejos o haciendo completamente lo opuesto a lo que me había dicho.

Mi tía abuela Juana, que era la bruja de la familia, también me acojonó un poco una vez en una comida familiar. Era una señora que en teoría te veía el aura o no sé qué movidas y te decía cómo te iba a ir en la vida, qué situaciones ibas a vivir y cómo sobrellevar el momento en el que estabas. A mí nunca me lo hizo, pero una vez le pregunté a mi abuela (su hermana) si le había preguntado por mí y dijo que sí, pero no me quiso revelar qué le había dicho. Ahora ya es tarde porque ambas fallecieron. Horóscopo. Me quedaré con la duda forever.La vida es así.

Normalmente, los horóscopos de las revistas tienen tendencias positivistas y son muy ambiguos, queriendo decir que si realmente coges lo que dice de cualquier otro signo te sientes identificado igualmente. Esta vez era distinto.

El tema está en que, una vez, llevé a mi (por aquel entonces) novio a una comida familiar y cuando entramos a la habitación para presentárselo, ella levantó la mirada y según se acercaba empezó a decir “¡Es malva! ¡Es malva! ¡Este chico es Malva como yo!”. Sobra decir que todos nos quedamos mirando sin saber qué estaba diciendo, teniendo en cuenta que era la primera vez en su vida que le veía. Ella le empezó a decir que él era Sagitario (sí, lo era) y que tenía algo especial y yo poco más que era una segundona y nunca, bajo ningún concepto, debía dejarle escapar, porque era el signo perfecto para mí. Ni puto caso hice. Así me va. Horóscopo.

Recientemente, me enteré de que no sólo tenemos nuestro signo zodiacal, sino que también, dependiendo del lugar, la fecha y la hora en la que naciste, los planetas estaban alineados de una manera determinada y eso hace que tengas un ascendente y una luna, que también configuran tu personalidad.

Me enteré de esto, porque la madre de mi último novio le preguntó esos tres datos sobre mí cuando se enteró de que estábamos saliendo. Cuando la conocí, la mujer me mandó mi supuesta carta astral completa y debo reconocer que flipé. Normalmente, los horóscopos de las revistas tienen tendencias positivistas y son muy ambiguos, queriendo decir que si realmente coges lo que dice de cualquier otro signo te sientes identificado igualmente. Esta vez era distinto. Era completamente certero. Y lo más curioso es que al leerme la de mi pareja o la de una amiga, no me sentía para nada identificada, pero sí que describía cómo eran ellos horóscopo.

La férrea atea que hay en mí me grita que pare con estas cosas porque son completamente irracionales pero las evidencias que me voy topando por el camino dicen lo contrario.

La férrea atea que hay en mí me grita que pare con estas cosas porque son completamente irracionales pero las evidencias que me voy topando por el camino dicen lo contrario. Todos los Cáncer con los que tengo un vínculo súper cercano reaccionan de la misma manera emocionalmente, cada vez que me involucro con un Virgo me hacen daño y acabo escaldada, con los Leo me mato, con los Libra me lo paso muy bien pero me desequilibran llevándolo todo al extremo, con los Escorpio tengo que estar muy atenta porque atacan a la mínima, y con los acuario me atraigo y me rechazo con la misma intensidad de lo opuestos que somos. Pero ¿sabéis qué? Pase lo que pase, siempre congenio con los jodidos Sagitarios.

Yo no sé si los planetas estaban alineados o las constelaciones estaban revueltas el día en que nací, pero una cosa es segura: al final va a resultar que mi tía abuela Juana, la analfabeta, sabía más de lo que todos creíamos horóscopo.

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