“No eres la misma que la otra vez. Has perdido tu muchedad “ le dice el Sombrerero a Alicia. Ella le mira con tristeza, porque no sabe a lo que se refiere. Entonces él añade: "Antes eras mucho más, muchísimo". Y en este diálogo de Alicia en el País de las Maravillas, el Sombrerero, que recuerda a la Alicia original, se lamenta de que Alicia haya perdido su originalidad, su esencia, su muchedad. Con esta famosa escena de este clásico de Disney, me gustaría introducir una reflexión sobre las películas remake.
Comencemos por el principio…¿qué es exactamente un remake?
Un remake es la revisión de una película ya producida. Volver a hacer lo mismo, pero distinto. Se intenta seguir la trama original y mantener la mayoría de personajes cruciales tal y como eran en la película original. Sin embargo, se intenta adaptar la historia y los efectos visuales y estéticos (entre otros) a los tiempos presentes. Por ejemplo, la película original de Alicia en el País de las Maravillas se dibujó a mano en su totalidad. Por el contrario, la nueva versión se apoya mucho más en la animación y los efectos especiales por ordenador.
¿Y las películas inspiradas en el mismo universo pero que no tienen la misma trama?¿Eso es originalidad?
Eso es otra historia. Estas películas no se consideran remakes y no tienen por qué ser precuelas o secuelas. En realidad, son películas originales. Aunque suelen estar conectadas y completan otras historias. Por ejemplo, los universos de Marvel o DC son extremadamente complejos y contienen muchas tramas dentro del mismo mundo.
Algunos ejemplos de remakes. Lo retro siempre vuelve
Blade Runner, Star Wars, Dune…Las grandes películas de ciencia-ficción que movieron los años 80 han regresado para quedarse. En los últimos cinco años se han estrenado mas de 3 cintas de la saga de George Lucas. Y Denis Villeneuve ha continuado con Blade Runner 2049 y la futura Dune (prevista para 2021). Por tanto, son igual de populares en el presente como lo fueron en el pasado.
Nuestra infancia. Lo que fue originalidad
Disney ya ha replicado muchos de sus grandes clásicos: La Bella y la Bestia, Aladdin, El Rey León, Mulán…adaptando las historias a los tiempos presentes y aprovechando toda la tecnología disponible. Así, en lugar de la animación tradicional a base de cadenas de ilsutraciones, buscan el impacto visual mediante efectos especiales sorprendentes. Además, Disney ha apostado por incluir actores famosos y queridos.
Si algo bueno tienen estas "copias", es que algunas películas han mejorado bastante en algunos aspectos. Simplemente porque están mucho más al día en cuestiones de género, derechos LGTBI e incluso racismo que hace 30 o 40 años.
En ese sentido, se agradecen los remakes.
¿Hemos perdido nuestra muchedad?
Si las películas que estrenamos son siempre las mismas…¿Hemos perdido nuestra originalidad? No creo que sea así. Cada año nuevos cineastas, directores, guionistas, animadores, productores y otros cientos de profesionales del cine piensan y proponen proyectos e ideas. Sin embargo, la proporción de películas remake que se estrenan cada año es enorme.
Quizá sea una decisión comercial. Lo que ya ha sido un éxito, puede volver a serlo en una nueva generación. Simplemente, debemos adaptar la película a los nuevos gustos sociales y visuales. Y así, podemos repetir los formatos una y otra vez. Como si no fuéramos capaces de imaginar nada nuevo.
En ocasiones, para que nuestro cine bebe solo de la nostalgia. Nostalgia de una época que ni siquiera vivimos, pero que nos gustaría que fuera nuestro presente. Por eso es que vuelve lo retro y que está tan de moda.
Y no es que un remake sea malo en sí mismo. Ni tampoco el hecho de que vuelvan las modas o que se continúen sagas. Mi reflexión es que, quizá, nos estamos centrando mucho en repetir y nos estamos perdiendo la oportunidad de conocer algo nuevo.